Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA

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Público
FTAA.soc/civ/47
11 de Junio de 2002

Original: Español

ALCA - COMITÉ DE REPRESENTANTES GUBERNAMENTALES SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE
LA SOCIEDAD CIVIL

APORTE EN RESPUESTA A LA INVITACION PUBLICA Y CONTINUA


Nombre (s) José Ángel Tolentino y Edgar Lara
Organización (es) Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE)
País El Salvador

LOS ACUERDOS SOBRE AGRICULTURA EN EL ALCA

Introducción:

Las observaciones incluidas en este documento se refieren al Borrador de Capítulo sobre Agricultura del ALCA y, más específicamente, a la Secciones Dos y Tres en las que se aborda las temáticas de Acceso a Mercados, Aranceles y Medidas no Arancelarias y Subvenciones a la exportación, respectivamente.

Primera observación:

1.1 Las negociaciones agrícolas en ALCA aparecen condicionadas a las decisiones de la OMC. A lo largo del Capítulo sobre Agricultura se evidencia que en su conjunto las negociaciones se orientan a liberalizar el comercio de los productos agropecuarios; sin embargo, varias de las decisiones claves para alcanzar este propósito aparecen condicionadas a los avances de las negociaciones de la OMC. Sobre este traslape de funciones y responsabilidades surgen algunas interrogantes. Por una parte, si bien se reconoce que el acceso a los mercados y comercio agrario es tema de crecientes controversias a nivel multilateral, el supeditar los resultados de las negociaciones en ALCA a la dinámica dela OMC, abre dudas sobre la pertinencia de incorporar un capítulo sobre agricultura en el Acuerdo Regional. Por otra parte, restringir las negociaciones del ALCA a las áreas menos sensibles del comercio agrícola regional, se cierra la posibilidad de establecer un serio debate sobre las prácticas y políticas comerciales agrícolas aplicadas en el hemisferio, particularmente en sus relaciones con los Estados Unidos, cuyo sector se ha mantenido fuertemente protegido frente a las exportaciones provenientes del área y ha sido la causa permanente de las mayores distorsiones del comercio agrícola mundial y de la región.

1.2 De aprobarse el borrador sobre agricultura en las condiciones actuales, América Latina podría correr el riesgo de verse involucrada en una situación inaceptable que le exigiría la apertura de sus mercados agroalimentarios nacionales, sin haber obtenido una contrapartida equivalente que reduzca el proteccionismo de los Estados Unidos, quien podría invocar una espera de plazo indeterminado a las futuras resoluciones que dimanen de la OMC. Ello dejaría inalterado un terreno de juego de por sí muy desigual entre aquellos países a quienes se les exigiría mayor apertura a las importaciones, frente a otros que mantienen infranqueables barreras de acceso a sus mercados.

1.3 Igualmente, podría resultar contraproducente el hecho de que el avance de las negociaciones del capítulo sobre agricultura estén supeditados en lo fundamental a las decisiones de la OMC sin que previamente se hayan realizado nuevas y completas evaluaciones del el impacto generado por la implementación de los Acuerdos sobre agricultura de la Ronda Uruguay en las economías del hemisferio, especialmente las más vulnerables. Lo anterior podría propiciar que en ALCA se reproduzcan o profundicen los impactos adversos que el sistema multilateral del comercio ha ocasionado en los sectores productores de alimento y materias primas agrícolas en la mayoría de países en vías de desarrollo. Al respecto, es recomendable analizar algunos trabajos recientes desarrollados por CEPAL, los cuales muestran con bastante claridad los limitados resultados obtenidos por estos países en el marco del cumplimiento de dichos acuerdos. En la práctica, tales acuerdos reflejaron las circunstancias e intereses de los países industrializados, que gracias a su influencia económica, dirigieron las discusiones sobre el comercio agrícola y le impusieron su sello al tratado resultante. Un acuerdo comercial con justicia debería tender a remover de raíz estas prácticas sí efectivamente busca contribuir al desarrollo de los países.

 

Segunda Observación:

2.1 Los principios de Trato Nacional y Nación Más Favorecida no son los mejores para alcanzar un acuerdo agrícola equilibrado. Las negociaciones que se siguen en ALCA sobre agricultura se encaminan a la creación de una típica zona de libre Comercio, la cual se fundamenta en los principios de Trato Nacional (Sección Dos Art.3.1) y de Nación Más Favorecida. Estos dos principios constituyen la columna vertebral de los avances de las negociaciones y afectan transversalmente todas las secciones y los acuerdos alcanzados. Somos de la opinión que la introducción de estos principios al comercio agrícola en el ALCA, resulta inconveniente para países como El Salvador, ya que por un lado provocaría la plena desregulación de su mercado agrícola, y por otro, socavaría la posibilidad de que desde el Estado se pueda impulsar su propio plan nacional de desarrollo rural. Pero además, con la introducción de estos principios al texto de negociaciones, quedaría por fuera la posibilidad de alcanzar un trato especial y diferenciado, que tenga a su base consideraciones sobre los diferentes niveles de desarrollo de las estructuras productivas agrícolas de los países, o de las profundas desigualdades en el tamaño y desarrollo de sus economías.

2.2 En las normas del ALCA el trato de NMF implicaría que si un país otorga una concesión agrícola a otro país, éste debe de otorgar estas mismas concesiones al resto de países miembros de este organismo. La reciprocidad y el trato igual, en presencia de realidades asimétricas y desiguales entre los países no es un sinónimo de trato justo, sino que al contrario implica una exclusión y discriminación en contra de aquellos menos desarrollados. Igualmente al extender la reciprocidad y el trato igual a los productos, inversiones y empresas agrícolas de países diferentes, con marcadas asimetrías, en la práctica significará una discriminación favorable a aquellas provenientes de países industrializados. La incorporación de este principio al comercio agrícola del ALCA, operaría a favor de los países con agroindustrias más desarrolladas en detrimento de los países con sectores agrícolas tradicionales, alejando las posibilidades de construir un desarrollo rural continental equilibrado y que tienda a la sustentabilidad.

 

Tercera Observación:

3.1 Ningún sector del comercio regional está más distorsionado que la agricultura y ALCA no ofrece soluciones. Una de las principales problemáticas en las relaciones comerciales agrícolas continentales, a las cuales no se les avizora solución en el borrador de las negociaciones, se refiere a las distorsiones que genera la utilización masiva y creciente de subsidios, subvenciones y la aplicación de barreras de todo tipo que aplican los países industrializados de la región para favorecer sus sectores agrícolas en detrimento de los productores de América Latina. Por un lado al interior del GATT, la OMC y actualmente en el ALCA, se presiona para que los países levanten las restricciones y abran sus mercados agroalimentarios a las exportaciones en el menor tiempo posible. Pero por otro lado, estos mismos países implementan un complejo e infranqueable sistema desleal de incentivos que incluye medidas proteccionistas de todo tipo (medidas antidumping, subsidios a las exportaciones, aranceles a las importaciones, barreras no arancelarias y estándares que deben cumplir para los productos, entre otros) que les permite proteger sus productores nacionales frente a competidores externos. Las consecuencias de estas políticas se convierten en la práctica en la ruina de infinidad de productores.

3.2 Las barreras comerciales impuestas por los Estados Unidos, por ejemplo, son especialmente perjudiciales porque una buena parte de las exportaciones de los países centroamericanos son productos primarios, que van dirigidos al mercado de ese país, limitando las posibilidades de crecimiento económico y de generación de empleo. Cómo lo está demostrando el TLCAN (TLC México, EE.UU y Canadá) en sus siete años de vigencia, la aceptación de este sistema de reglas y su incorporación en los acuerdos comerciales agrícolas tiene un fuerte impacto en la pobreza, los ingresos y el desarrollo futuro de los países. Por ejemplo, la práctica de exportar excedentes agrarios a los mercados regionales por debajo del precio de producción es uno de los aspectos más perniciosos de las políticas comerciales de los países industrializados y sobre las cuales se avanza muy poco, incluso en la OMC.

3.3 Pese a la complejidad de esta problemática, en ninguna parte del texto agrícola del ALCA, se ofrecen garantías de que tales distorsiones se resolverán favorablemente en el transcurso de las negociaciones; por el contrario, la sección tres, relativa a los subsidios a la exportación, en sus partes medulares de nuevo trasladan estas responsabilidades a las deliberaciones en la OMC, donde la influencia económica y política de las empresas multinacionales les permite imponer agendas y resultados.

Cuarta Observación.

4.1 Los acuerdos sobre agricultura deberían orientarse por un Trato Especial y Diferenciado. Consideramos que un trato justo para las empresas, inversionistas o productos agrícolas extranjeros es una condición deseable en las relaciones entre los estados del hemisferio. Sin embargo a lo largo del texto se descubre que las negociaciones se orientan por el principio de reciprocidad entre las partes, alejando la posibilidad de alcanzar a un trato especial y diferenciado que responda a los distintos niveles de desarrollo y de los requerimientos sociales y ambientales de los países. Un acuerdo comercial entre economías tan asimétricas, tendrá impactos desiguales y diferenciados. Los países industrializados con estructuras productivos más integrada, acceso a recursos tecnológicos punta y subsidios a la agricultura, terminan por desarticular áreas completas del tejido productivo del país con menor desarrollo relativo. La experiencia derivada de la aplicación del TLCAN sobre áreas estratégicas de la producción alimentaria mexicana, habla por sí misma de las adversas consecuencias de aceptar en un TLC una apertura de los mercados agrícola de forma indiscriminada.

4.2 La obtención de un acuerdo comercial equilibrado por medio de un trato especial y diferenciado parecería ser una salida más razonable a las deliberaciones agrícolas en el ALCA. Dicho tratamiento implicaría, entre otras cosas, que los países con economías más vulnerables fueran favorecidos con políticas que refuercen su producción agropecuaria, promuevan la seguridad alimentaria y contribuyan a mejorar las condiciones de vida de la población rural. Estas disposiciones irían dirigidas a proteger a los agricultores de los países pobres de los crecientes volúmenes de importaciones subsidiadas, así como mejorar la eficiencia de la capacidad nacional de producción del sistema agroalimentario. Los instrumentos específicos se orientan a excluir de las negociaciones del ALCA las cosechas dirigidas a la seguridad alimentaría de acuerdo a las especificidades por país, flexibilidad para aumentar los aranceles en contra de las importaciones agrarias subsidiadas que perjudiquen la producción nacional. Dicho acuerdo requiere, además, que no solamente se consideren las preocupaciones de las Economías Más Pequeñas como se menciona en el texto (Sección una Art. 2.c); sino también que el acuerdo incorpore mecanismos de Complementación y Cooperación Económica, de tal manera que éstas converjan con las desarrolladas.

4.3 Para enfrentar las asimetrías se requiere de acciones concretas que contribuyan a reducir estas desigualdades: Canalización de recursos que permitan la reorganización y modernización del sector agroalimentario, la actualización tecnológica y empresarial, mejoras sustanciales en la calidad de la mano de obra, desarrollo de mercados financieros; fortalecimiento de la capacidad institucional pública y privada, mejoras sustanciales en la infraestructura productiva y social del sector y apoyo para cumplir las normas fitosanitarias y de calidad internacional, entre otras.

4.4 La incorporación de un trato especial y diferenciado en las negociaciones comerciales implica redefinir el proceso y las reglas actuales con las que se negocia el ALCA. Implica recuperar los principios y esquemas de acuerdos preferenciales, diferenciados y no recíprocos para las naciones subdesarrolladas, así como reconocer el derecho de los países a la aplicación de requisitos de desempeño y regulaciones nacionales para las importaciones agrícolas extranjeras cuando el bien común lo demande. La adopción de estas reglas en el ALCA supone la recuperación de otras opciones y mecanismos de negociación recomendados por organismos internacionales, tales como ALADI, UNCTAD y CEPAL. Desde nuestra perspectiva, explorar estos esquemas serían más convenientes y apropiados para normar las relaciones comerciales agrícolas entre los países del hemisferio.

4.5 Finalmente hay que destacar que la proyección temporal de libre comercio tal como está siendo plasmada en el ALCA se presenta como el final del camino, y no como un proceso intermedio para una integración o unión económica. Si bien las zonas de libre comercio se presentan como la etapa inicial de una integración económica eso no está ocurriendo en el ALCA, pues no se percibe en los textos analizados mecanismos específicos para construir una agenda amplia, integral y de largo plazo.


 

San Salvador, 30 de abril de 2002
 

 
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