Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA

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Público
FTAA.soc/w/115
18 de octubre de 2000

Original: Inglés
Traducción: Secretaría ALCA

ALCA - COMITE DE REPRESENTANTES GUBERNAMENTALES SOBRE LA PARTICIPACION DE
LA SOCIEDAD CIVIL

CONTRIBUCION RELACIONADA CON LA INVITACION PUBLICA
 


Nombre(s) Carol Frazier Marble
Organización(es)
(de ser el caso)
Ciudadana Particular
País (es) /
Región (es)
Sudeste de Estados Unidos



En 1998 tuve la oportunidad de investigar el Proceso del ALCA para un grupo de trabajo del sector privado establecido por la Cámara de Comercio de las Bahamas. Los tres miembros del equipo del sector privado salieron de las Bahamas al Cuarto Foro de Negocios de las Américas en Costa Rica con más de cuatrocientas páginas de investigación. Al volver de Costa Rica, el Sr. Neil McKinney, Presidente de la Cámara de Comercio de las Bahamas comentó que “es un proceso tremendamente complicado, porque existe tal cantidad de información”. Y prosiguió: “conforme avancemos, nuestra postura al respecto va a cambiar, va a evolucionar, por lo que hacemos y por las decisiones que tomen otras naciones participantes en el ALCA. Es un proceso vivo y dinámico que está avanzando”. La gente de las Bahamas en aquella época estaba sumamente preocupada por el proceso del ALCA y por la forma en que este Acuerdo Comercial afectaría a su país y a ellos mismos como individuos y como gente de negocios. Las Bahamas son un país pequeño, y rápidamente se difundió gran cantidad de información entre los ciudadanos respecto al proceso del ALCA a través de la prensa y mediante foros públicos.

Cuando volví a Estados Unidos, me di cuenta de que hay muy poca conciencia pública respecto al proceso del ALCA. Como individuo me mantengo al tanto de lo que está ocurriendo a través de la página del ALCA y de la página de la OEA en el Web. No sé por qué es muy poca la información que le llega a la “sociedad civil” en este país, pero sí sé que esto constituye un problema muy grave.

Recientemente leí un artículo en el Delta Business Journal, volumen 3, número 4, de septiembre de 2000, por Nancy Cotton Hirst, titulado “NAFTA: A double-edged sword for the Delta” (El TLCAN: una espada de dos filos para el Delta). En este artículo se afirma que algunas compañías en todo Estados Unidos y en Mississippi se están beneficiando por el aumento en el comercio con Canadá y México desde que entró en vigor el TLCAN. El artículo contiene después una cita de Wilburn Hooker, Director de Desarrollo Económico del Condado de Holmes, que, cuando se le preguntó sobre el TLCAN -lo bueno y lo malo- dijo: “No hemos visto nada bueno en el Condado de Holmes. El 100% ha sido malo. Nos costó nuestra industria más importante. El TLCAN no está diseñado para ayudar a un área como ésta. Teníamos ya una tasa de desempleo de 8.9%, ahora es de alrededor del 24%”. El Sr. Hooker discute sus intentos por obtener ayuda para su condado a través del Banco de Desarrollo de América del Norte y las reiteradas negativas. Éste es solamente un ejemplo de muchos que he leído. Este artículo en particular cita a Mark Manning, del Consejo del Delta, que analiza ambos lados del asunto: “Creo que es claro que el TLCAN ha sido muy bueno para el comercio internacional y el flujo de mercancías en ambos sentidos con México”.

Cuando se menciona el ALCA, gran número de ciudadanos creen que se está hablando del TLCAN. Incluso en las Bahamas, cuando se habló por primera vez del ALCA, varios canadienses me dijeron que ya habían tenido que ver con él, refiriéndose al TLCAN. El proceso del ALCA también se ha denominado muchas veces el TLCAN plus. También esto puede causar confusiones.

El punto cinco de la QUINTA REUNIÓN MINISTERIAL DE COMERCIO en Toronto, Canadá, el 4 de noviembre de 1999, reitera que las negociaciones del ALCA deberán tomar en cuenta la amplia agenda social y económica contenida en las Declaraciones de Principios y Planes de Acción de Santiago y Miami con vistas a contribuir a elevar los niveles de vida y mejorar las condiciones de trabajo de todos los pueblos de las Américas. No se mencionan las diferencias en los niveles de desarrollo o el tamaño de las economías del hemisferio. Me gustaría destacar dos cuestiones en relación con el punto cinco. En primer lugar, el hecho de que el ALCA es un documento mucho más complicado que el TLCAN debe hacerse notar más que cualquier otro punto entre los ciudadanos de este país. En segundo lugar, hay zonas en Estados Unidos, en particular las áreas agrícolas del sur, que también tienen niveles únicos de desarrollo y tamaño de sus economías. Estas áreas se verán afectadas de manera singular por el ALCA, y deben recibir la misma atención y análisis que las economías más pequeñas del hemisferio.

Es vital que la información sobre los puntos específicos de las Declaraciones de Principios y Planes de Acción de Santiago y Miami sea comprendida con mayor claridad por un porcentaje mayor de la población estadounidense. Este acuerdo tiene el potencial de cambiar el mundo tanto como lo hizo la revolución industrial, dependiendo del acuerdo final.

Atentamente,

Carol Frazier Marble
Ciudadana particular

 
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