Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA

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Público
FTAA.soc/civ/43
10 de Junio de 2002

Original: Inglés
Traducción: Secretaría ALCA

ALCA - COMITÉ DE REPRESENTANTES GUBERNAMENTALES SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE
 LA SOCIEDAD CIVIL

APORTE EN RESPUESTA A LA INVITACION PUBLICA Y CONTINUA


Nombre (s) Steven Beckman
Organización (es) International Union, UAW
País USA


Declaración del Sindicato Internacional de la Industria Automotriz,
la Industria Aeroespacial y la Industria de Implementos Agrícolas de Estados Unidos (UAW)
al
Comité de Representantes Gubernamentales sobre la Participación de la Sociedad Civil
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)

Abril de 2002

El Sindicato Internacional UAW se complace en presentar su tercer aporte al Comité de Representantes Gubernamentales sobre la Participación de la Sociedad Civil (el Comité) para mayor aclaración de nuestros intereses y preocupaciones relativas al enfoque y avance de las negociaciones conducentes a la creación de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El UAW es participante activo en la discusión y debate de la política comercial en los Estados Unidos, y nos sentimos profundamente preocupados por el hecho de que las negociaciones del ALCA sigan sin responder efectivamente a los comentarios que nosotros y otros hemos aportado previamente.

El UAW representa a 1,3 millones de trabajadores, tanto activos como retirados, de las industrias automotriz, aeroespacial, de implementos agrícolas y varias otras en Estados Unidos. Nuestras oficinas centrales se ubican en 8000 East Jefferson, Detroit, Michigan, EUA 48214. Tenemos una oficina en 1757 N Street, NW, Washington, D.C. 20036, que alberga el Departamento de Asuntos Gubernamentales e Internacionales del UAW.

La invitación a enviar comentarios indica que la divulgación del borrador del texto del acuerdo demuestra su disposición para lograr una mayor participación de la sociedad civil en el proceso del ALCA. También señala que esta ronda de aportes será distribuida a los grupos negociadores pertinentes, y no se limitará a un simple resumen presentado al Comité de Negociaciones Comerciales (CNC). Estas acciones representan únicamente mejoras de menor cuantía en la transparencia del proceso de negociaciones del ALCA. El Comité persiste en su envío de información sin comentarios ni instrucciones, y el borrador del texto revela la poca atención que se ha brindado a los puntos de vista de. UAW y otros representantes de la sociedad civil que se han acogido al procedimiento del Comité para aportar sus comentarios.

La aspiración entre los gobiernos del hemisferio de legitimar estas negociaciones no se ha de satisfacer con la divulgación de la redacción propuesta o con solicitudes de aportes adicionales. El UAW y otras organizaciones laborales en la región medirán esta aspiración según las respuestas que den los negociadores a los puntos de vista que hemos expresado. El UAW se ha reunido con sindicatos de trabajadores de la metalurgia en la región, y juntos hemos desarrollado enfoques comunes en muchos temas. En nuestras deliberaciones hemos encontrado que los enfoques de las negociaciones del ALCA son adversos a los intereses de los trabajadores de la región. Estas inconsistencias son evidentes en los grupos de negociación sobre acceso a mercados, inversiones y compras del sector público, entre otros. Todavía no vemos ninguna evidencia de que nuestras inquietudes se hayan tomado en cuenta en el texto de la negociación o en las posiciones del gobierno de los E.U.A.

La grave crisis económica en Argentina resalta las inquietudes señaladas en aportes previos del UAW en tres ámbitos: alivio de la carga de la deuda, tasas de cambio e inversiones. La crisis argentina demuestra que la agenda de negociaciones del ALCA es inadecuada para enfrentar los problemas reales que confrontan los países de la región. El UAW ha abogado por la inclusión de temas relacionados con el alivio de la carga de la deuda y las tasas de cambio en las negociaciones del ALCA; sin embargo, éstos no forman parte de la agenda actual. La reducción de la inmensa deuda externa liberaría recursos para las inversiones necesarias en salud, educación e infraestructura que promoverían un desarrollo sostenible. Las fluctuaciones y crisis en las tasas de cambio frecuentemente anulan cualquier impacto de los cambios negociados en las medidas arancelarias y no arancelarias, lo cual crea el desplazamiento no anticipado de trabajadores e industrias. Estos temas deben ser parte de toda discusión amplia de integración regional.

El Grupo de Inversiones ha evadido muchos asuntos de gran importancia para los trabajadores de la región. Se ha dedicado poca atención o importancia a la necesidad de establecer controles para los flujos de capital, dejando fuera de las negociaciones los graves problemas causados por la salida de capitales en Argentina, y otras situaciones similares. La distribución del impacto del descalabro económico de Argentina ha sido muy injusta, ya que una porción excesiva de la carga la han llevado los trabajadores de Argentina. Otro asunto relativo a las inversiones es el desmejoramiento del nivel de vida resultante de las privatizaciones promovidas por el Fondo Monetario Internacional. La consideración de otorgar protección a los inversionistas contra cualquier impacto financiero negativo debido a acciones gubernamentales completamente justificables, sobre la base de que éstas son “equivalentes” a la expropiación, y su acceso a un procedimiento especial y poco transparente de solución de controversias que evade los mecanismos judiciales normales, son ofensivos a nuestro sentido de justicia. Consideramos también que una mayor atención a los derechos de los trabajadores y su papel en el desarrollo de respuestas igualitarias a emergencias económicas nacionales mejoraría la efectividad del manejo de crisis como la argentina. El logro de este papel para los trabajadores trascendería los asuntos relacionados con las inversiones, sin embargo, la ausencia de un grupo negociador o agenda de negociación relativa a los derechos e intereses de los trabajadores es una deficiencia funesta en el proceso del ALCA.

En nuestro primer aporte a este Comité, en 1999, el UAW identificó numerosas deficiencias en el enfoque de los grupos de negociación sobre inversiones y acceso a mercados. Mantenemos nuestra crítica enérgica a la negativa de los negociadores de Inversiones a reconocer la necesidad de equilibrar los derechos de los inversionistas extranjeros con su obligación de contribuir al desarrollo justo y equitativo. Los gobiernos elegidos democráticamente deben conservar la capacidad de regular sus economías basándose en el interés de satisfacer sus objetivos sociales y económicos. La experiencia de los trabajadores con reglas que, bajo la presión de corporaciones multinacionales, facilitan la desregulación de mercados laborales, de medidas de seguridad social, de requisitos ambientales, de normas de salud y seguridad, y otras prácticas, indica que dicha desregulación no promueve la prosperidad ni mejores niveles de vida. Al contrario, aumenta la pobreza, disminuye el ingreso de los trabajadores, y produce inseguridad económica y social.

Ha habido intentos por identificar responsabilidades significativas de los inversionistas extranjeros. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) han desarrollado lineamientos para las corporaciones multinacionales que establecen las condiciones mínimas que deberían cumplir. Sin embargo, esos lineamientos son de adopción voluntaria, y no cuentan con ningún mecanismo que obligue su cumplimiento. El resultado es que no ofrecen un instrumento efectivo para asegurar un comportamiento responsable.

El UAW considera que una forma de asegurar que los inversionistas contribuyan positivamente a elevar el nivel de vida de sus trabajadores y de sus comunidades, es exigir que respeten los derechos de los trabajadores a formar sus propios sindicatos, a negociar colectivamente y a otras normas laborales cruciales, como las establecidas en la Declaración sobre Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo que la OIT aprobó en 1998; y en la revisión de los derechos de los trabajadores de E.U.A. conforme al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). Es necesario asegurar el respeto a estas normas mediante su cumplimiento obligatorio, lo cual requiere su incorporación en todas las disposiciones relativas a inversión del ALCA. La degradación de estos derechos con el objeto de atraer inversiones debe ser prohibida.

El único mecanismo capaz de asegurar que las negociaciones en torno a la integración económica regional presten atención adecuadamente a los derechos de los trabajadores es el establecimiento de un grupo de negociación separado para este tema e insistir en que cada grupo de negociación tome en cuenta los derechos de los trabajadores. Deben incluirse en el texto del acuerdo disposiciones relativas a los derechos de los trabajadores y estar sujetas al mismo proceso de observancia que el que se aplica a las demás disposiciones. La experiencia con el TLCAN ha demostrado que la consideración de los derechos de los trabajadores en “acuerdos paralelos” es completamente ineficaz. Las normas establecidas para el cumplimiento de la salvaguardia de los derechos del trabajador deben ser adecuadas y apropiadas. La Declaración de 1998 de la OIT y la ley SGP de los E.U.A. establecieron el nivel mínimo de los derechos y normas fundamentales de los trabajadores; todo acuerdo regional debe dirigirse a elevar las normas a partir de ese nivel en todos y cada uno de los países parte. Las leyes nacionales tendrían que modificarse en concordancia con eso, y tendrían que aplicarse efectivamente, y no ser desmejoradas para incentivar la inversión o el comercio. Los países deberán también reconocer el hecho de que la Organización Mundial del Comercio (OMC) establezca normas de este tipo, por lo que cada país debe comprometer su apoyo a la creación de un grupo de trabajo relativo al comercio y los derechos de los trabajadores.

Mantenemos nuestra preocupación por la consideración de salvaguardias en el grupo de Acceso a Mercados. La disparidad entre las grandes economías de la región, por un lado, y las la pequeñas, por el otro, es motivo de gran preocupación entre los trabajadores de las economías más pequeñas. Por otra parte, el UAW considera ineficaces las medidas de salvaguardia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El aumento de importaciones efectuadas por las grandes corporaciones multinacionales puede desplazar rápidamente a los productores domésticos, lo que causa la pérdida de trabajos y una alteración económica con efectos devastadores para los trabajadores y sus comunidades. Para muchos trabajadores en los E.U.A., la compañía que emplea a aquellos que pierden su trabajo es la misma que ha causado el aumento de las importaciones. En tal caso, el remedio usual para reestablecer el arancel a las importaciones no será suficiente para cambiar la decisión de la compañía de mudar su producción al extranjero. Los negociadores del ALCA deben considerar reparaciones de salvaguardia más rápidas y estrictas.

El UAW tiene opiniones relativas a muchos otros elementos de las negociaciones del ALCA - el trato de los requisitos de desempeño, la presión para aumentar la privatización, las disposiciones que afectan las compras del sector público, la imposición de transferencias tecnológicas. Estaríamos dispuestos a sostener conversaciones detalladas con los negociadores del ALCA si creyéramos que se darían consideraciones serias a nuestros puntos de vista. Contrariamente, percibimos la estrecha relación entre los negociadores y los foros comerciales, así como la distancia entre los negociadores y los foros de trabajadores. El desbalance del curso escogido en los grupos de negociación socava nuestra confianza en la receptividad del proceso del ALCA.

En cada uno de nuestros aportes, el UAW ha apoyado el objetivo primario de la Declaración Ministerial de San José: elevar los niveles de vida y promover la prosperidad para todos los pueblos de las Américas y para la mejor protección del ambiente. Creemos que las discusiones regionales pueden desempeñar un papel para alcanzar ese objetivo y hemos identificado el tipo de disposiciones sobre las que deben centrarse estas deliberaciones. Sin embargo, debemos concluir, con base en el proceso establecido por los gobiernos, la agenda de negociaciones adoptada, y el borrador disponible, que las negociaciones del ALCA no están dirigidas hacia el logro de los objetivos de la Declaración de San José. Al contrario, observamos un proceso dirigido a una gran ampliación de los derechos de las corporaciones y muchas más restricciones a la capacidad de los gobiernos de establecer y aplicar políticas y regulaciones que promuevan un desarrollo equitativo. No nos queda otra opción mas que criticar ese proceso y oponernos al mismo.
 

 
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